Querida Santa Juana...

Grupo Effetá


Querida Santa Juana

Tras leer tu preciosa carta, me afloran multitud de palabras de gratitud, fruto del gran legado que nos dejaste y que durante generaciones la comunidad de la Compañía de María ha sabido transmitir hasta el día de hoy, manteniendo esa llama encendida y que, estoy segura que con tu ayuda, se mantendrá eternamente.

Tuve la suerte de educarme en tu colegio, te conocí siendo muy joven, aún asi, es ahora cuando puedo verte de otra manera, a través de los ojos de una madre, no de una niña. No sabía cuánto te admiraba, y cuánto me gustaría parecerme aunque fuese tan sólo un poquito a ti.

Llevo tantos años sabiendo de ti de oídas que creía que te conocía...pero hasta este año, que comencé en la Red Laical no he podido descubrir quién eres. Una gran mujer, esposa y madre, ejemplo que a día de hoy intento seguir con mi familia y con todos aquellos con los que me relaciono, de la mejor manera posible y contando con tu ayuda.

Cuántos años nos separan y sin embargo, cuán unida a ti me siento. Compartimos además tiempos difíciles. Tantas cosas quiero aprender de ti. Cada día pido para que el Espíritu Santo se impregne en mi, igual que hizo en ti. Te dio la fuerza, el valor, para luchar por esta "empresa" que tanto bien hizo y sigue haciendo. Pide Santa Juana, para que el Espíritu Santo nos de también a nosotras la fuerza que necesitamos para ser madres y educadoras siempre desde el amor de Dios.

Hoy más que nunca necesitamos de ti, sabemos que estás con nosotras y nos mantienes unidas en el amor a María. Tengo una duda que me gustaría que me resolvieras: ¿cómo tenías la certeza de que con tus decisiones estabas haciendo la voluntad del Señor? Gracias. Cuento con tus consejos. Voy a dejar que el Espíritu actúe en mí.

Este año celebramos tu fiesta bajo los efectos de esta pandemia de gripe llamada covid19. Tú ya sabes las consecuencias que esto trae consigo, pues también sufriste en Burdeos una epidemia parecida: la peste. Para nosotras está siendo también un tiempo de aprendizaje, tiempo de valorar, de abrirnos, conocernos y sobre todo conocerte a través del amor a los demás, la entrega, la ayuda al prójimo y la enseñanza. Intento imaginarte, cómo debió ser para ti, y te imagino fuerte, sin dudar ni un momento que Dios estaba contigo y dando tanto amor. Quizás por ello has cuidado de nosotras y de todos los que de alguna manera participamos de tu Proyecto educativo.

Ya ves que el mundo ha cambiado muy poco. Antes, como ahora, siguen siendo necesarios proyectos como el de la Compañía de María. Las mujeres siguen luchando por un reconocimiento integral de su persona más allá de su papel de madre. Y ahora como antes, la educación es la mejor manera de conseguirlo.

Desde puente Genil queremos regalarte un nuevo brote de laicos "Effetá", cuyo nombre nos invita a abrirnos cada día a nuevas formas de vida y de seguimiento desde la realidad temporal que nos toca vivir. A ti te hubiera gustado tener mil vidas para llegar a todos los rincones del mundo, y, ya ves, tu deseo se ha cumplido en tantas personas, niños, jóvenes y adultos, que luchan para que no se apague la llama que un día prendió en tu corazón. Ayúdanos a mantenerla siempre encendida.

Cómo despedirme sin darte gracias, por dejarnos este camino de la Red, en la que los laicos nos sentimos parte de esa mirada amplía que tú tenías. Ruega a Nuestra Señora que proteja a nuestras familias, a nuestros colegios, a nuestra ciudad, a nuestra nación y a nuestro mundo. Y cómo no, cuida de una manera especial de este "brote nuevo de laicos" que como una red queremos compartir tu riqueza de vida y de santidad en medio de la realidad que nos ha tocado vivir. Gracias

Un fuerte abrazo 

  Effetá