Queridísima Juana...
Isa Pérez
Barcelona, 15 de mayo de 2020
Queridísima Juana,
No sé no como empezar esta carta. Muchas veces he hablado contigo, otras veces he escrito cosas sobre ti porque cuando escribo cosas de i vida tú tienes que salir. Mi vida, profesional, personal y de fe, no la entiendo sin ti.
Fíjate que en nuestro tiempo (un tiempo donde les nuevas tecnologías lo invaden todo), estoy escribiéndote una carta. ¡Cómo hace muchos años! Esta pandemia que vivimos nos obliga a repensar nuestras prioridades, nuestro estilo de vida, nuestra escala de valores ... pero también nuestra manera de comunicarnos.
Hoy te imagino con mascarilla, guantes, en primera línea. Como hiciste tú y tus compañeras en la gran peste de Burdeos. Intentando hacer lo que sabes y lo que se puede. Esta frase de tu carta me ha resonado muy dentro. ¿Hago yo todo lo que puedo? En mi día a día. Confinada o no. Con mi familia, con mis alumnos, con mis compañeros del colegio, con mi grupo de la Red, con mis amistades...
Releyendo tu carta me vienen a la memoria unas palabras. "La vida nos es dada, y la merecemos dándola".
Tu vida fue eso. Simplemente. Sencillamente. Con toda su grandeza de buscar y de orar el plan que tenía Dios para ti. De aceptarlo y de llevarlo a cabo.
Después de más de 400 años de recorrido, me siento honrada de poder compartir el don que recibiste y de sentirme Compañía de María. Y de poner mi granito de arena junto con las religiosas y los laicos para contribuir a hacer presente el tu Proyecto Educativo. ¡Nuestro Proyecto!
Recibe un fuerte abrazo, desde la admiración y el cariño
Isa