Juan Vidal Zona Oeste

  

Ferrol, 10 de mayo de 2020

Este confinamiento ha sido un tiempo de reflexión; aunque a decir verdad, he tenido muy poco tiempo, he seguido trabajando, preocupándome por los demás, porque todo tuviera una respuesta que solucionará los temas que iban surgiendo a medida que nos enfrentábamos a una nueva situación desconocida. Llamadas a padres solos, a mis tíos también solos, sin poder salir, videoconferencias, saber cómo están los hijos, las nietas, a los seres que quieres y que sabes, no a ciencia cierta, que pronto podrás abrazar tarde o temprano, aunque con la angustia de la incertidumbre del coronavirus que nos hace tan vulnerables, que te hace tener miedo, desconfianza, pero también resiliencia. Nos acostumbramos a todo, somos camaleónicos.

He estado una semana sin mi compañera de vida, ella estuvo cuidando a los ancianos contagiados del covid-19, en Porta do Camiño en Santiago, en primera línea. He pensado de todo, ella más, he tenido pesadillas, ella seguro que más, ya me entendéis. Pero hay que ser solidarios estar al frente siempre que nos requieran y donde haga falta. Tengo FE, pero aún así se tiene miedo. Cuando la llevé a Santiago, no nos despedimos con un abrazo, estaba muy nerviosa, se te pasan muchas cosas por la cabeza. cuando la fui a buscar tampoco nos abrazamos y empezamos desde ese momento una cuarentena que duró veinte días, en la misma casa, separados por una distancia de un metro y medio, comiendo, hablando, abrazos simulados, durmiendo, compartiendo la vida a un metro y medio de distancia. El sábado nos volvimos a abrazar, a besar, sobran las palabras.... no hemos dejando de querernos por supuesto pero cuanto se echa de menos esos abrazos, y el contacto físico con los que quieres aunque estén a un metro y medio de ti todos los días.

A todos nos hacen falta los abrazos, besos, ternura, y contacto físico.

En este tiempo también pensé mucho en mis profesión, en los alumnos, las familias, los profesores, el personal de administración y servicios. Que importantes somos todos, pero que importante es el otro, servir al otro, y no discutir de quién es el más grande, el que lo hace mejor, como discutían los discípulos de Jesús, cuando Jesús en un gesto de humildad lavo sus pies, antes se lavaban los pies porque los caminos eran más polvorientos, y lo hacían los sirvientes, de este modo les enseñó a servirse los unos a los otros. Ahora nos lavamos las manos más a menudo, espero que no sea en el sentido figurado de no hacer nada, de esto no va conmigo.

Por eso es necesario un ejercicio de empatía, una tarea de humanismo, una actividad de buen humor, en esta pandemia donde a todos hemos vivido situaciones muy distintas.

Empatía con las situaciones que se viven en cada casa, unos NO tendrán dificultades aparentemente y otros puede que se mueran de hambre. No podemos ponernos en la piel de cada uno, pero si podemos hacer el esfuerzo de ponernos en su lugar, cerrar los ojos y pensar que haría yo si me pasará alguna de esas cosas. Es difícil, pero seguro que esto nos llevaría a la gran tarea que es HUMANIZARNOS, en esta sociedad del bienestar, que no sé muy bien que significa. Estamos en esta sociedad del Bienestar en este reducto de la vieja Europa porque otras están en la sociedad del "malestar".

Desde mi punto de vista, como maestro de escuela, creo que nuestros alumnos y familias no necesitan tanto contenido como el abrazo virtual con su profesor, es decir que sepan que estamos ahí, que enseñamos para la vida, para enfrentarse a muchas cosas que no conocemos ni nosotros mismos, pero que sepan que las pasamos juntos. Ya se que otros pasarán ampliamente de nosotros, porque no sabemos llegarles. No somos super-hombres ni super-mujeres, si no llegamos pues ya está. Siempre me gustó esa máxima de que cuando tienes un problema, soluciónalo y si no tiene solución no tienes un problema.

La tarea siempre tiene que ser la humanizarnos, en el colegio o telemáticamente, trabajando las emociones, el dialogo en las clases, el respeto, el uso de los medios, la salud, el dinero, el amor, el otro..., contenidos que quedan muy relegados porque no tenemos tiempo, pero son los que nos van a hacer el caldo de cultivo para querer aprender. El ser humano es curioso por naturaleza, pero si nosotros como docentes siempre hacemos lo mismo, qué curiosidades podemos despertar? . Necesariamente tenemos que cambiar, creo que este sería un buen momento que vamos a desaprovechar... porque en seguida nos vamos a olvidar de todo lo que estamos pasando en estos tiempos de pandemia.

Hagas lo que hagas hazlo seriamente pero siempre con buen humor. No hagas que la tristeza se apodere de ti, intenta siempre ver el lado bueno de las cosas y seguro que al final sale al menos media sonrisa.

El "conjunto" de los ciudadanos hemos aprendido que tenemos que coger un "pico" para trabajar la "desecalada" y pasar las cuatro "fases", de esto que no es un videojuego.

Juan Vidal -Grupo Man con Man