¿A QUÉ NOS LLAMA EL SEÑOR? 

Ecos desde la Zona Sur- Provincia de España

Cuando llevamos recorrido un camino como acompañante de la Red Laical, experimentamos una riqueza compartida, abierta a un sentir común. Esto es lo que yo intento comunicar brevemente en estos ecos recogidos en dos grupos del Sur.

Hemos terminado la reflexión del tema capitular en los grupos de la Red Laical, y nos queda en el corazón y en la boca la misma pregunta: ¿Qué podemos hacer".

A nosotras nos ha tocado acoger los frutos de tantos años de vida, enriquecida por tantas podas, que indiscutiblemente han alimentado las raíces. El "abrazo de las ramas" nos llega, llenándonos de esperanza. Nos sentimos parte viva de la Compañía. El Espíritu de Santa Juana nos anima a vivir y a trabajar conjuntamente, religiosas y laicos, con un mismo sentir, en un proyecto educativo cristiano, que al igual que la levadura sea fermento transformador de la sociedad, abierto siempre a nuevas llamadas y retos.

Pero, ¿cómo?. Como el profeta Jeremías también decimos: "soy como un niño, aún no sé hablar" (Cf.Jr 1,6) estamos empezando nuestra andadura, tenemos mucho que aprender,..."esperaré a que llegue lo que no sé, y me sorprenda. Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado". (Cf. B. González Buelta. La utopía ya está en lo germinal).

El ritmo frenético de la vida que llevamos nos dificulta encontrar la respuesta adecuada. ¿Dónde tenemos puesta nuestra mirada y nuestra lista de preocupaciones?. En cierta manera, durante el confinamiento, y a pesar del agitarse incesante de las ramas, podemos ver cómo las raíces se abrazan. Hemos visto gestos solidarios de generosidad y entrega, que haciéndose eco de las palabras del papa "nadie se salva solo" han abierto un camino a la esperanza, como vacuna de esa otra pandemia que arrasa a la humanidad, la de la indiferencia, el afán de poder, la desesperanza, las múltiples formas de esclavitud, la violencia y la agresividad, aun en los más jóvenes.

La solidaridad, en cambio, nos humaniza y mantiene viva la presencia del "OTRO". Es necesario poner al servicio de todos, los dones que tenemos.

Necesitamos recuperar la dimensión creativa y creadora de vida de Jesús de Nazaret y aportar una actitud crítica ante las actitudes pasivas y conformistas, que de alguna manera nos vienen dadas. Contemplar, acoger la realidad sin prisas, mirando hacia ella hondamente, sabiendo que guarda en sus entrañas un misterio que solo se nos revela si sabemos ver. Es así como podremos hacer visible el Reino de Dios.

La clave de interpretación para un futuro mejor está en la "interacción", en un trabajo común de todos, por un proyecto ilusionante. Hemos visto cómo en todo el proceso de la unión de las casas de la Compañía, jugó un papel importante la interacción, el deseo común de "tenderse la mano". La interacción actualmente puede ir de la mano de los laicos; La clave está, como dice el Papa en "tener conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua". En la Compañía de María nos enlazamos, y reconocemos en la misma tarea del Reino, desde el carisma de Juana de Lestonnac. Esta es la llamada que el Señor nos hace como miembros de la Red Laical.

Una fuerza interior, que brota de las raíces entrelazadas, son pilares que nos sostienen y que nos hablan de no dejar apagar la llama, y alimentarla de la Palabra para poder "tender la mano" allí donde nos necesiten.

Marujina Camacho - Acompañante de la Red laical

Puente Genil 2 de Febrero 2021.