PEREGRINACIÓN A MONTSERRAT (ZONA ESTE)

29.04.2025

Uniendo el Jubileo de la Esperanza con el Milenario del monasterio de Monserrat

Subir a Montserrat siempre es muy especial. Es una montaña que no te deja indiferente, seas o no creyente. Cada año la visitan millones de personas de todo el mundo. A lo largo de toda su historia ha sido, y aún lo es hoy, un lugar muy importante de oración, de vida evangélica, de religiosidad y de cultura.

Este año 2025 se celebra el Milenario de su fundación, por Oliba, obispo de Vic y abad de Ripoll.

El 29 de marzo, 28 personas de Lleida, Barcelona y Mollet nos reunimos para vivir una jornada entrañable. 28 personas de los tres grupos de nuestra zona, pero también amigos y amigas identificadas con el Carisma de la Compañía de María, con ganas de compartir y fortalecer los lazos que nos unen como Red Laical.

Llegamos con el tren cremallera, durante el trayecto pudimos disfrutar de las impresionantes vistas de la montaña. Saludos, abrazos, risas, alegría en las miradas, ilusión por una jornada que empezaba con una visita guiada a la Exposición del Milenario. ¡Cuántas cosas recordamos de su historia y también cuánto aprendimos! Visitamos una serie de salas donde se recogían los hechos históricos en los que Montserrat tuvo un papel fundamental. También hicimos una visita rápida por el museo; y fue rápida porque el fondo de colecciones es muy extenso

Llegó el momento de la jornada en el que nos sentimos más peregrinos: el camino hacia el camarín donde nos esperaba la imagen de la "Mare de Déu de Montserrat" y la oración que habíamos preparado. Nos pusimos delante de María, con el corazón agradecido. La lectura del Evangelio de las Bodas de Canaán iluminó una reflexión conjunta de las actitudes de María que nos ayudan en el día a día y expresamos nuestro agradecimiento por todo lo vivido. Finalizamos con el canto del "Virolai". 

El encuentro acabó con la comida en uno de los restaurantes del recinto. Momento para explicar, escuchar, reír... sentir que la amistad que nos une se ha hecho más honda. Parecía que nadie quisiera irse. Así que un grupo de personas aprovechamos los últimos momentos y nos acercamos a visitar el monolito que Santa Juana tiene en Montserrat. 

Montserrat es un lugar muy especial; para los que fuimos será aún más significativo por todo lo vivido, aprendido y compartido. Nos presentamos a la "Moreneta" como peregrinos: humildemente con nuestra propia vida y con la esperanza de poder ser testimonios de la Buena Noticia de Jesús.